Una de las cosas que mas me aterrorizan [ y lo pongo en presente porque con todo y mis veintitantos años... ] era la idea de ir a confesar los pecados.
Aunque en mi casa no hubo una educación religiosa que consistiera en ir a misa cada domingo, ni en tomar la ostia, ni en nada de eso, recuerdo haber tenido conversaciónes con mis primos en las que el tema principal erea la confesión... los primeros años se mostraban temerosos ante tal, pero conforme fuimos creciendo y nuestro lado maligno incremento, le perdieron el miedo. Supongo que en parte porque ya no contaban todo lo que hacian y porque "la penitencia" nunca pasaba mas allá de rezar aves marias y cosas por el estilo.
Y no creo que me aterrorize porque yo sea una pecadora que de plano ya perdio la posibilidad de redemirse [ cosa que igual y si pero no creo ], era mas una onda de vulnerabilidad, mi mente trabaja raro el sistema animico que habita en mi.
Lo malo es que dicen que mientras mas se acumula, mas grande sera el estallido.
"de la cuerdita que se estira y se estira, hasta que termina por romperse"
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viernes, mayo 22
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2 comentarios:
creo que los que pecan son los que tienen chance de redimirse, los otros no necesitan andar de miedosos, pero en fin.
"volaremos, volaremos"♫ =)
Lo que yo entiendo es que "confesar" lleva implícito "arrepentirse". Y esa es la cuestión. ¿De cuáles cosas que hemos hecho, realmente nos arrepentimos, al grado de que si el tiempo se va atrás, no las volveríamos a hacer?
Al final de todo, la confesión nos acerca a un Dios. En el que yo creo, todo lo perdona y lo comprende. Entonces es más un ejercicio de autoperdón.
¿Me explico?
¿Qué tal de catequista?
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