Hay montones de cosas que contar, de personas que platicar, de sensaciones que intentar descifrar, de restaurantes que recomendar, de exposiciones, de lugares, de curiosidades, montones y montones.

Y yo me siento como el chiste ese de la hormiguita:

"Iba un grupo de elefantes corriendo por la selva, detrás de ellos iba una hormiguita corriendo rapidisímo, los elefantes pasaron por un pueblo, destruian casas, automoviles, etc, etc, y la hormiguita ahi seguia corre y corre detrás de ellos, en algun momento, despues de varios lugares destruidos y así, los elefantes deciden tirarse a descansar cerca de un riachuelo, cuando la hormiguita los alcanza, se tira al lado de uno de ellos y le dice: Que desmadre hicimos verdad?"

Es una ternura de chiste, lamento que mis habilidades escritoriles no den para transmitir la gracia del chiste.

El punto es que me siento asi, como la hormiguita que corre detrás de los elefantes, pero lo mio no es necedad, es más como... no se, como no se, pero es.
Yo corro y corro y corro y luego ya ni se a donde voy a dar [ aunque uno no niega que las perdidas sean bastante alentadoras de vez en cuando ]

Y bueno, ya me voy a seguir corriendo, espero darme el tiempo para escribir todo lo que quiero,

*no, ya no me paniqueo, todo parece indicar que el "touché" no se fue, solo es cosa de practicarlo más, je!
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