martes, enero 28




"I have infinite tenderness for you...

 I always will. All my life long."

"La vie d'Adèle - Chapitres 1 et 2"

lunes, enero 27



He dejado de luchar contra este extrañarte, contra el enojo que aun de vez en cuando siento por que decidiste destruir algo tan lindo, tan bueno, que con tanto amor, paciencia y buena voluntad construimos y cuidamos...

Tengo la esperanza de que si dejo todo eso moverse libremente por mis entrañas, mis defensas actuaran mutandolo en algo que sea fácil de olvidar, dicen que si te rascas las heridas, el proceso de cicatrización deja  marcas, y no quiero que me quede nada de ti, no al menos por ahora, prende-te fuego... Ten, te entrego todo el dolor que he guardado por estos meses, me empieza a pesar.

Soy una maníaca del cine, puedo ver películas todo el fin de semana, enpijamada y solo alimentándome de palomitas y diet coke.

Pero también soy una vaga que gusta de irse a meter a cuanto rinconcito encuentra por ahí.

Londres es una ciudad muy orgánica, se mueve rapidísimo y la oferta de experiencias que hay es magnánima, así fue como empece mi proyecto de visitar todos y cada uno de los cines que ofrecieran algo más que "una ida al cine" 

De momento llevo ya varios lugares visitados. Un cine "itinerante" debajo de las vías del tren en notthing Hill. El Aubin, un cine pequeñito, super cozy con sillones comodisimos en el que no caben más de 30 personas. El Lexi, un cine que esta dentro de una casa, así que esta ahí, a la mitad de una calle habitacional. El cine flotante que proyecta películas al lado del canal, el sing-a-long del Prince Charles Cinema, El ICA en el mall, En Wilton's un teatro viejisímo que de vez en cuando proyecta películas, etc, etc...

Finalmente decidi hacer un compendio de ellos.

Hoy me pondré a escribir, buscare fotos en mi HTC et voilá... Quien sabe, igual algún día que anden por aquí se les antoja y así. 

viernes, enero 24

"De noche. Posada Alamyer. Habitación del primer piso, al fondo del pasillo. Escritorio, lámpara de petróleo, silencio. Una bata gris con Bartleboom dentro. Dos zapatillas grises con sus pies dentro. Hoja blanca sobre el escritorio, pluma y tintero. Bartleboom escribe. Escribe.
«Mi adorada:
Ya he llegado al mar. Os ahorro las fatigas y miserias del viaje:lo que cuenta es que ahora estoy aquí. La posada es acogedora: sencilla pero acogedora. Está en la cima de una pequeña colina, justo delante de la playa. Por la noche se levanta la marea y el agua llega casi hasta debajo de mi ventana. Es como estar en un barco. Os gustaría. Yo jamás he estado en un barco. Mañana empezaré mis estudios. El sitio me parece ideal. No se me oculta la dificultad de la empresa, pero vos sabéis -vos únicamente en el mundo- lo decidido que estoy a llevar a cabo la obra que tuve la ambición de concebir y emprender en un feliz día de hace doce años. Me serviría de consuelo imaginaros con salud y con alegría de espíritu. En efecto, nunca lo había pensado antes, pero la verdad es que jamás he estado en un barco. En la soledad de este lugar apartado del mundo, me acompaña la certeza de que no queréis, en la lejanía, abandonar el recuerdo de quien os ama y siempre será vuestro.
Ismael A. Ismael Bartleboom.»
Deja la pluma, dobla la hoja, la mete en un sobre. Se levanta, coge de su baúl una caja de caoba, levanta la tapa, deja caer la carta en su interior, abierta y sin señas. En la caja hay centenares de sobres iguales. Abiertos y sin señas.
Bartleboom tiene treinta y ocho años. Él cree que en alguna parte, por el mundo, encontrará algún día a una mujer que, desde siempre, es su mujer. De vez en cuando lamenta que el destino se obstine en hacerle esperar con obstinación tan descortés, pero con el tiempo ha aprendido a pensar en el asunto con gran serenidad. Casi cada día, desde hace ya años, toma la pluma y le escribe. No tiene nombre y no tiene señas para poner en los sobres, pero tiene una vida que contar. Y ¿a quién sino a ella? Él cree que cuando se encuentren será hermoso depositar en su regazo una caja de caoba repleta de cartas y decirle
- Te esperaba
Ella abrirá la caja lentamente, cuando quiera, leerá las cartas una a una y retrocediendo por un kilómetro hilo de tinta azul recobrará los años -los días, los instantes- que ese hombre, incluso antes de conocerla, ya le había regalado. O tal vez, más sencillamente, volcará la caja y, atónita ante aquella divertida nevada de cartas, sonreirá diciéndole a ese hombre -Tú estás loco. Y lo amará para siempre.”
*Fragmento del libro “Océano Mar” de Alessandro Baricco.

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El día que descubrí a Baricco tuve  una de esas grandes epifanías, y es que si, me pasa cada vez que leo algo que me gusta muchísimo, me encuentro y bla bla bla, he sido todas y cada una de ellas: Eloise, La maga, Inmaculada, e incluso la Rosa del Principito...

Pero aquella vez decidí ser Bartleboomm y desde hace ya varios años he creado un pequeño compendio de la que soy, desde las cosas mas simples, hasta las mas complejas e indescifrables incluso para mi. 

Alguna vez sentí la tentación de entregárselas a Edward, pensando que el era el lugar, el principio y el fin... No lo hice, supongo que aun había un poquito de cordura en mi, lo que hizo que guardara el botín en el lugar mas escondido de mi habitación.

Hoy mientras buscaba algo las encontré, moleskines llenas de historia, me senté y las hojee despacito y con plena seguridad de que sería sin sentir dolor por no haber sido entregadas, por seguir conmigo caminando...

Tengo una nueva que a pocos días de empezado el año ya tiene grandes anécdotas.

:) 



Y ustedes, a quien le escriben?

sábado, enero 18

*Soundtrack: The Truth - Carla Morrison

Hoy volví a desayunar mis New Yorker pancakes en mi café local favorito...

No había vuelto ahí desde que edward decidió salir de mi vida, solíamos ir a tomar brunch los fines de semana, caminábamos abrazados desde mi casa hasta ahí, nos compartíamos el desayuno, nos mirábamos y platicábamos todo y nada. Me daba miedo regresar y verme perdida de extrañamiento, inundada de nostalgia y comiendo algo riquísimo que ni de comfort food me iba a servir.

Pero hoy decidí volver, y aunque si hubo un temblorcito pequeño, me di cuenta que poco a poco el pasado se queda atrás y tengo todas las buenas intenciones de dejar florecer nuevos horizontes, nuevas semillas...

He decidido dejar de correr desesperada huyendo de lo que tanto dolió, creo que si camino lo voy entendiendo mejor, de a poquitos me comparto de nuevo, y sobre todo, me dejo querer, miren que muy bien que lo valgo. ;)

Btw, compartí desayuno con este camembert... Iiiiiiiiiiiii :3







lunes, enero 13


Y esa es la yo que empieza el 2014. :)
Soundtrack: Crazy - Gnarls Barkley

*Baila con la cancioncita*
*se asosiega e intenta escribir*

Pues si se acabo el año, y si, para mi se acabo tanta sufridera de amor.

Siempre me ha parecido muy representativo el cambio de año, y si me da la introspección bien acá, que si me fue bien, que si me fue mal, que si pito perez.

El año pasado fue bueno, muy bueno para mi, aprendí toneladas de cosas, empece el proceso de conocerme y sobre todo, de escucharme y apapacharme. Creo que cada año digo lo mismo, es solo que como todo proceso complejo, requiere tiempo y paciencia, muchiiiisíma paciencia.

Fue un año de extremos, de momentos muy muy buenos, y de momentos muy muy malos. Me rompí el corazón de una manera brutal, lo hice pedacitos y le brinque encima por si acaso había alguna parte que pudiese salvarse.

Me aventé al amor con todo, y comprobé que si, soy infinitamente valiente para hacerlo.

Una de las cosas que quiero ejercitar mas este año es a dejar ir, a dejar ir todo aquello que aprendí a dejar ser, es un asunto de dejar entrar y dejar salir, si pues, redundante pero así lo entiendo mejor.

Quiero que este año sea decisivo, que todo lo que he estado trabajando en mi tenga frutos que me lleven a tener un poquito mas de paz.

Oh! Y si, he decidido que debo escribir, y escribir y escribir, así que bienvenido seas nuevo año al blog.

Los quiero, a todos, si, a todos.