Uno por amor hace mucha tarugada, ese estandarte tiene un margen de error bien grande y no tan mal visto ante la sociedad...
Yo el fin de semana fuí testigo presencial de una.
Que derivo en toda una historia al mas puro estilo de "mercado de lagrimas" y las jaibas en chilpachole, pero que me dejo en casa todo el fin de semana pensando y analizando en ello [bueno, si, también me tuvo en casa una infección marca diablo en la garganta...]
El asunto es que no hay como evitarlo, ni como disimularlo y mucho menos como negarlo:
A uno le encanta que le rompan el corazón y caminar por el bordecito ese que se ve inevitable cuando de amor se trata.
Y creo que al parecer, yo tengo que agradecerle a alguien el que me haya hecho darme cuenta de que tal vez es momento de empezar a caminar por ese bordecito otra vez.
Gracias güero. Tsk!.
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Now playing: Los Angeles Negros - Y Volvere
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lunes, septiembre 20
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3 comentarios:
cual adicta a la adrenalina....
Sin ese bordecito y sin esa sensación de caída... seríamos dioses destinados a la contemplación.
... mientras tanto, gritemos "Jerónimo", que hasta eso, la caída tiene su encanto.
Un beso.
ay Bluecita no pudiste decirlo mejor...
la verdad, la verdad... lo vale...
un beso!
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