- ¿Ya nos vamos a México?.
El continuo empacando. No sabia si mandar una carta a su familia. Por fin les puso una tarjeta que decía: Mis vacaciones se prolongan. Besos a todos.
Ella no tenía muchas cosas que llevarse pero llenó su parte de la maleta y al fin se hechó a llorar; tenia guardado ese llanto y no podía soltarlo, aunque sí sabia por qué.
- ¿Pero qué tienes, por qué lloras?
Ella pegaba su cara al pecho de él y no podía parar. Lo dijo al fin:
- Voci tem tido confianza. Vocé se entregou libremente a mim, a mim. Eu acostumo que a gente me deixe. Os estrangeiros vao-se e leixan-me. Vocé me leva consigo. A minha vida todo nao vai dar para che agradecer. Yo quiero ir contigo a donde sea. Al fin del mundo. No me abandones ya, no me abandones.
El no lo dijo, pero pensó: no te abandonaré nunca.
[ Leila · Lilí, etcétera - Emilio Carballido ]
martes, diciembre 5
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1 comentario:
la esperanza me provoca nostalgia..y si..un poco de tristeza
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